Aparquemos a
Shueshia un rato y vayamos con
Kodansha con su revista
shonen semanal para ver a
Bloody Monday.
Bloody Monday corre a cargo de
Ryou Ryuumon tanto con el dibujo y la historia. Se publica desde el año pasado en la
Weekly Shonen Magazine y aunque el mes pasado saliese su octavo tomo ya cuenta con un una serie de imagen real.
Fujimaru Takagi es un estudiante que pertenece al club de periodismo de su instituto. Podría pasar por un alumno normal, y de hecho, pasa por uno bien corriente pero en realidad cuando en su casa toca los ordenadores, es el
hacker más peligroso que existe en
Internet, el gran Halcón. Como el chico hizo grandes desastres en redes de todo el mundo, una división de la
policía japonesa que se mantenía en el más estricto secreto, la
Third-i,
decide que se una a ellos con tal de que no cometa más catástrofes cibernéticas y conseguir una pieza muy valiosa para resolver casos (se ocupa de resolver problemas a gran escala con la
tecnología). Y todo iba bien hasta que un día le encargan descifrar un valioso chip, pero a partir de que este caiga en las manos de
Fujimaru todo a su alrededor cambiará para ponerle entre las redes de un misterioso proyecto, el
Bloody Monday.

A partir de aquí toda las acciones de
Fujimaru afectaran a dicho proyecto, y a su misma vez este proyecto hará que todas las acciones de
Fujimaru y su vida se suman en el caos de un millón de preguntas sin respuesta y un juego con el hilo de su vida y sus seres queridos en juego.

El dibujo me gusta muchísimo, sobre todo los ojos que hace poner al protagonista cuando está haciendo sus acciones de
hacker. Todos los personajes tienen un buen diseño, aunque la "mala" cuanta con un diseño de puta barata que hace de mala en todas las series que no se aguanta
XD, es un diseño
taaaaan típico, que al menos a mí me hace cansarme de mirarla. Lo dicho, personajes sencillos pero vistosos y atractivos a la vista que hace que la historia no se haga pesada (algunos dibujos hacen que se te pase las ganas de seguir leyendo) excepto, como no, la mala con pintas de
putilla barata.

Una historia muy complicada, que cualquier acción ya cambia la la dirección en la que iba la historia pero que se lleva bien y no hace un ritmo de lectura que deje al lector exhausto de leer (
Death Note,
Mirai Nikki). Además el dibujo le acompaña estupendamente dejando escenas a las que gusta contemplarlas un rato por su
simpática dibujo que es muy atrayente. Un
shonen atípico diría yo (aunque no me gusta usar esta clasificación de ser o no típico) muy recomendable tanto a lectores de
shonen puro como lectores de
seinen, si a alguien le interesa probar a ver si lo que digo es cierto y tal, a
Crazy Scanlation.